Este trabajo ordena algunas ideas críticas sobre las políticas neoliberales, para luego proponer nuevas condiciones que favorezcan el pensamiento y la práctica de la educación, el desarrollo y la interculturalidad. Se señala la concepción histórica del desarrollo y se describen los desafíos y las trampas conceptuales donde se pueden esconder las tensiones entre intereses individuales y necesidades colectivas, formando complejidades hegemónicas. En seguida se cuestionan las políticas neoliberales globalizantes, sus fundamentos ideológicos, su postura «desde arriba» y sus criterios propios de mercado, sin involucrar actores y necesidades específicos. Propone modificar posturas convencionales a través de acciones críticas y reflexivas que permitan distinguir una política progresista de una conservadora; una política de capacitación de una de desarme; una de emancipación de una de regulación, y todas con una base sobre el principio de dignidad humana, seleccionando siempre los valores máximos y no los mínimos, en el sentido humanista. Se expresa, además, la conveniencia de rescatar y fortalecer el espacio público, en lugar de seguir atacándolo; las necesidades de apoyar la formación de individuos democráticos, y de fortalecer las luchas anti-neoliberales, para transitar así, de un localismo globalizado, a un proyecto cosmopolita. Plantea la posibilidad de pensar en formas de hacer, de enseñar y aprender, movilizando las relaciones de poder para construir campos de relación intercultural que impliquen la correspondencia de un compromiso voluntario conjunto, en donde las interacciones tengan como base la comprensión de la cultura propia y ajena, en un trato complementario y equilibrado, lo más horizontalmente posible.
